El bruxismo es uno de los trastornos dentales más habitual entre los adultos, pero también entre los niños. Alrededor de tres millones de personas padecen problemas temporomandibulares en España. En el caso de los menores, el bruxismo infantil tiene un importante impacto en su salud bucodental y predomina a partir de los cinco y seis años de edad, pero también en edades más tempranas.

Causas más comunes del bruxismo infantil

El hábito involuntario de rechinar los dientes puede tener origen similar al de los adultos a nivel de estrés. La tensión que pueden experimentar los pequeños, bien sea por miedos, periodos de transición importantes para ellos, falta de descanso, hiperactividad y un largo etcétera puede desembocar en este trastorno. También se estima que la presencia de otras enfermedades, como parásitos intestinales o incluso problemas en la mordida, pueden promover la aparición del bruxismo infantil. En algunos casos, también es síntoma de que puede necesitar una ortodoncia.

Para diagnosticar el bruxismo, es importante seguir las revisiones dentales en tu clínica de confianza. Pero también localizar síntomas como cansancio excesivo, cefaleas, dientes rotos, problemas para comer… que nos pueden indicar que algo no marcha bien. El bruxismo infantil no tratado puede provocar problemas de oclusión y desarrollo de la cavidad bucal que se agravan con el tiempo. Para combatirlo, debemos propiciar un sueño reparador, una dieta equilibrada con consumo controlado de azúcares y mantener rutinas que favorezcan la estabilidad del niño.

 

Para prevenir y mantener la salud oral de nuestros hijos, es fundamental acudir de manera periódica al dentista. Si tienes dudas sobre la dentición de los más pequeños o necesitas ayuda con un posible problema de bruxismo infantil, pide cita con nosotros. Llevaremos a cabo una revisión completa y encontraremos solución para lo que te preocupa.