Cuando pensamos en un traumatismo dental, inmediatamente, lo que nos viene a la cabeza es la fractura de uno o varios dientes como consecuencia de un golpe fuerte o de una caída. Sin embargo, en ocasiones, este tipo de accidentes también pueden causar luxación dental. Es decir, el desplazamiento de la pieza de su posición natural. Aunque no todas las luxaciones son iguales, por lo general, la estructura del diente o de la muela se ve afectada, incluyendo el ligamento periodontal y el hueso alveolar.

En todo caso, haya o no desplazamiento de los dientes afectados, lo cierto es que es fundamental consultarlo con el dentista. En este artículo, desde nuestra clínica dental en Bilbao, te explicamos las causas y qué tipos de luxación dental existen y qué tratamientos podemos llevar a cabo una vez se ha producido.

Causas de la luxación dental

La luxación dental se produce como consecuencia de un traumatismo en la boca. Estas situaciones, por lo general, están causadas por caídas, golpes y accidentes, sobre todo durante las prácticas deportivas. En muchas ocasiones, los dientes afectados suelen ser los incisivos centrales superiores.

Aunque tendemos a relacionar los traumatismos dentales con los niños y los adolescentes, lo cierto es que pueden producirse en cualquier momento de la vida.

¿Qué tipos de luxación dental existen?

La luxación dental, por lo general, puede afectar a más de un diente o una muela y acostumbra a relacionarse con otros problemas, como las fracturas de la raíz o la corona del diente. Así, podemos distinguir entre diversos tipos de luxaciones:

Tratamientos que podemos realizar

Una vez que el paciente acude de urgencia para una revisión de su caso y diagnosticada la luxación dental, llevamos a cabo la elaboración del plan de tratamiento.

En muchos casos, el tratamiento se divide en tres etapas. En la primera de ella, recolocamos el diente luxado, asegurándonos, mediante radiografías, que su posición es la correcta y que, por lo tanto, la mordida del paciente, también. En segundo lugar, inmovilizamos la pieza para estabilizarla. Para ello, podemos utilizar composite, férulas, suturas, etc., dependiendo de cada caso. Por último, después de unas semanas, llevamos a cabo un control de la situación para garantizar la estabilidad del diente y valorar si podemos salvar la pieza definitivamente.

 

Si sufres un traumatismo dental, aunque creas que los dientes y las muelas no están afectados, es importante que acudas a una revisión con tu dentista.

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