¿Sabías que la forma en que muerdes y masticas no solo afecta tu salud dental, sino también tu digestión? Aunque parezca sorprendente, una mordida incorrecta puede estar interfiriendo con la forma en que tu cuerpo procesa los alimentos, causando molestias digestivas y problemas a largo plazo. En este artículo te explicamos la relación entre la masticación y digestión, y por qué es clave cuidar tu mordida para mantener todo tu organismo funcionando bien.
¿Masticación y digestión y por qué importa?
La mordida es la forma en que los dientes superiores e inferiores encajan cuando cierras la boca. Una mordida alineada correctamente permite que los dientes corten y trituren la comida eficientemente, facilitando la masticación. Por el contrario, una mordida desalineada o alterada (como la mordida cruzada, abierta o sobremordida) puede dificultar la correcta trituración de los alimentos.
El primer paso de la salud digestiva
La digestión comienza en la boca, no en el estómago. Al masticar, los dientes descomponen físicamente los alimentos en piezas más pequeñas, mientras que la saliva inicia la descomposición química con enzimas digestivas. Este proceso es fundamental para que el resto del sistema digestivo trabaje de manera óptima.
Una mala mordida puede provocar:
- Masticación incompleta o ineficiente.
- Dificultad para triturar alimentos duros o fibrosos.
- Mayor esfuerzo al comer, causando fatiga muscular.
- Tragar trozos grandes que dificultan la digestión en el estómago.
¿Cómo afecta una mordida incorrecta a la digestión?
Cuando no masticas bien, tu estómago y intestinos tienen que trabajar más para descomponer los alimentos. Esto puede derivar en:
- Acidez y reflujo gastroesofágico.
- Sensación de pesadez y digestiones lentas.
- Gases y distensión abdominal.
- Mayor riesgo de problemas intestinales por mala absorción.
Además, una mordida alterada puede afectar la postura mandibular y la movilidad de la lengua, dificultando también la deglución.
Señales de que tu mordida podría estar afectando tu digestión
- Dolor o fatiga al masticar.
- Dificultad para triturar ciertos alimentos.
- Problemas digestivos recurrentes sin causa aparente.
- Sensación de que “no masticas bien” o que tragas rápido.
- Dolor mandibular o en la articulación temporomandibular (ATM).
¿Qué hacer si sospechas que tu mordida está afectando tu digestión?
La solución comienza con una revisión odontológica especializada. Un dentista o especialista en ortodoncia podrá evaluar tu mordida y recomendar tratamientos, que pueden incluir:
- Ortodoncia para corregir la alineación dental.
- Ajustes oclusales para mejorar el contacto entre dientes.
- Terapias miofuncionales para reeducar la masticación y deglución.
- En casos severos, rehabilitación oral integral.
Consejos para mejorar tu masticación y digestión desde hoy
- Come despacio y mastica cada bocado al menos 20 veces.
- Evita alimentos excesivamente duros o difíciles si tienes molestias.
- Mantén una buena higiene bucal para evitar problemas dentales.
- Visita al dentista regularmente para detectar y corregir problemas a tiempo.
- Practica ejercicios de relajación mandibular si tienes tensión al masticar.
Tu mordida es mucho más que una cuestión estética: influye directamente en tu salud digestiva y bienestar general. Una masticación adecuada es el primer paso para una digestión saludable y una mejor absorción de nutrientes. Si tienes molestias al masticar o problemas digestivos frecuentes, no ignores la posibilidad de que tu mordida esté jugando un papel importante.
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